No se requiere un gran gesto para morir.
Es suficiente una secuencia casi indecisa
de pequeños gestos
y pequeñas opciones
que nos van apartando poco a poco del camino conocido
sin dejar de mirar a los que pasan y a las cosas,
pero permitiendo que se forme lentamente
un finísimo cristal
entre lo que pasa y nosotros mismos.
Al principio limpiaremos con frecuencia el cristal
pero luego iremos olvidando esa tarea
y nuestras toleradas distracciones
permitirán que se multipliquen las sombras
como en un interpolado atardecer de vidrio.
Y entre algunos descuidos predilectos,
la retraccion furtiva de las manos
y las fatigas que ya no se combaten,
desaparecerá la transparencia
para que pueda crecer alli el silencio.
Y sin rupturas ni caídas,
frente al cristal ahora oscuro,
encontraremos pasivamente la salida
sin preocuparnos ni siquiera
por pasar el umbral con los ojos abiertos.
Un final de gestos casi neutros
resultará menos sofocante
y mas cerca de todo
que el golpe ajeno o propio
que todo lo desbarata.
Quizás entonces por lo menos ni siquiera se astille
el cristal ya cubierto de tinieblas.
Es suficiente una secuencia casi indecisa
de pequeños gestos
y pequeñas opciones
que nos van apartando poco a poco del camino conocido
sin dejar de mirar a los que pasan y a las cosas,
pero permitiendo que se forme lentamente
un finísimo cristal
entre lo que pasa y nosotros mismos.
Al principio limpiaremos con frecuencia el cristal
pero luego iremos olvidando esa tarea
y nuestras toleradas distracciones
permitirán que se multipliquen las sombras
como en un interpolado atardecer de vidrio.
Y entre algunos descuidos predilectos,
la retraccion furtiva de las manos
y las fatigas que ya no se combaten,
desaparecerá la transparencia
para que pueda crecer alli el silencio.
Y sin rupturas ni caídas,
frente al cristal ahora oscuro,
encontraremos pasivamente la salida
sin preocuparnos ni siquiera
por pasar el umbral con los ojos abiertos.
Un final de gestos casi neutros
resultará menos sofocante
y mas cerca de todo
que el golpe ajeno o propio
que todo lo desbarata.
Quizás entonces por lo menos ni siquiera se astille
el cristal ya cubierto de tinieblas.